A diferencia del Sacro Speco, el Monasterio de Santa Escolástica a primera vista trasmite una sensación de austeridad. Esto porque la fachada del siglo XX se levanta como un muro de protección para guardar en el tiempo un monumento único en su género. Una vez dentro, los siglos empiezan a ser reflejados por la arquitectura del monasterio: después del claustro renacentista del siglo XVII encontramos un claustro gótico con un maravilloso arco flamígero, mientras que el campanario románico vigila el claustro cosmatesco del siglo XI.

Desde el claustro más antiguo se llega a la Iglesia, construida por el joven Giacomo Quarenghi en 1769, un arquitecto neoclásico que trabajó también en San Petersburgo por la zarina de Rusia Caterina II. La catedral es también el resultado de las diferentes edificaciones que se han sucedido a lo largo de los siglos hasta nuestros días. De hecho, debajo de la pavimentación de la iglesia existen todavía las ruinas del pequeño oratorio de San Silvestre, donde empezó todo. El oratorio fundado por San Benito en el siglo VI, hace del Monasterio de Santa Escolástica el monasterio benedictino más antiguo al mundo.
El Monasterio de Santa Escolástica abre sus puertas todos los días a cuantos desean viajar a travez del tiempo y en el espíritu. Si quieres más informaciones contacta Ethea!